Hojas viejas, gastadas de un cuaderno triste me piden ser quemadas, me ruegan hacerlas arder en llamas.
Miradas ajenas me confunden, me destrozan, me desvelan, me incomodan... Ojala pudiese el mismo sol entibiar tu corazón así de una vez cerrarías ese cofre inconcluso de deseos herrados.
Los platillos me acompañan, me rodean de sonidos invisibles.
Camino hacia delante, hacia algún lado... Con los ojos vendados, con la adrenalina del riesgo, de forjar en mi misma el sendero.
La ilusión sin embargo no se ha ido, no ha podido aun dejarme huérfana de acobijables anhelos... mas solo tiempo y sucesos contaran la verdad de lo que ha sido.
Mientras tanto suelto y despliego alas de todos los temores, de todos los rodeos punzantes, enfermizos que rodean mi cabeza, que clavan una estaca en mi cerebro, posesionado de agobiantes pensamientos.
Donde estas jazmín hermoso? Donde te hayas? dímelo para que pueda yo ir a tu encuentro y sentir al fin tu celestial aroma.
Donde has viajado? Tu también trasciendes mi búsqueda? Tu también planeas el encuentro?.. De nuestras almas sumidas en colchones de suaves pétalos, reacios sin embargo a ocupar el oscuro hueco?
Hazte presente y baila junto a mi, créame un color nuevo, intenso, que haga arder todas las miradas... que estremezca todas las agujas del tiempo detenido en ese instante donde nos fundamos en uno, donde seamos el amor echo potencia, escupiendo energía en dirección a las estrellas... Y donde ellas nos respondan silbando manantiales de mariposas que se introduzcan en nuestros sentidos trasladandonos al paraíso donde volemos sin alas y respiremos sin pulmones. Donde silenciemos el cerebro hasta ahogarlo de placer.
Vente junto a mí que es hora de jugar el juego, de sentir el orgasmo incomparable de tu cuerpo fundido al mío, de tu pelo trenzado a mi piel.
Ya es hora de soltar esos gemidos que anhelan atravesar la galaxia, que quieren perdurar en el espacio hasta flotar esparciendo su dulce melodía...
Si hasta hoy no ha llegado el momento sigue buscando bella luz, con la misma intensidad que yo lo hago... pues inevitablemente uno de estos días nos cruzaremos cantando al caminar sobre la misma estrella.
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