Corriendo sin parar, sin detener el movimiento infrahumano de los giros pseudodidácticos y antiorgásmicos, de las vueltas asfixiantes de los tiempos encorvados, ¿como traspasar el manto roto tan rajado por deseos de conjuntos, de uniones colectivas sin miradas definidas? Corriendo y tropezando vas pensando que el camino esta empinado aunque ese no sea un atajo consideras que saboreando la voluntad podrias alcanzar la cima y tocar la fluidez del despegar, del soltarlo y ver de lejos, ya sin casi percibir, aquellos giros sofocantes que ya no quieres respirar.
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